Estos últimos días he andado por Amsterdam y la verdad es que me da mucha pena que los precios de los vinos sean tan caros. Las botellas en los restaurantes eran imposibles ( al menos para las economías como las nuestras). Lo curioso es que en muchos bares tenían vino por copas ( casi todo Francés o del Nuevo Mundo).
Al menos me gustó al entrar en una gran superficie que tenían por lo menos 10 marcas españolas de las clásicas de toda la vida, como Torres y que había muchos vinos rosados, . En mi investigación por el paladar del ser humano me sigue interesando mucho cómo en otros países europeos, los blancos y los rosados todavía tienen cabida.
También fue interesante poder hablar con una chica Surafricana sobre los vinos de su zona, que ahora se están poniendo tan de moda.
En definitiva, lo que observé en distintos lugares para adquirir vinos es que el mercado del llamado Nuevo Mundo, pisa los talones y no me extraña, porque se están consiguiendo grandes caldos. Otra cosa es que nosotros, los españoles no sepamos aprovecharlo y nos estemos estancando, porque los vinos de Chile y los de Australia pisan los talones, tanto en precio como en calidad.
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